C. Leonardo Valdés Zurita
Consejero presidente del Instituto Federal Electoral
C. Alejandro Luna Ramos
Presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
Quienes suscribimos, ciudadanos en pleno goce de nuestros derechos cívicos y políticos realizamos el siguiente
LLAMADO
Hemos leído y escuchado con preocupación las declaraciones de ustedes, las máximas autoridades electorales de nuestro país, que han formulado a lo largo del proceso electoral en curso. Dos de esas afirmaciones han llamado profundamente nuestra atención, debido a que reflejan o bien una visión triunfalista sobre un proceso inconcluso, o quizás una predisposición a dar por vencedor a un candidato, sin que se hayan visto, analizado, valorado, juzgado y finalmente desahogado las diversas y numerosas irregularidades registradas antes, durante (y quizás después) de la jornada electoral del domingo 1º de julio de 2012.
La primera de dichas declaraciones corrió por cuenta del doctor Leonardo Valdés Zurita, quien en su mensaje pronunciado el día de la elección presidencial, transmitido después de las 11 de la noche en cadena nacional, expresó que “México tuvo una jornada electoral ejemplar”, para después asegurar que “hemos consolidado nuestra democracia electoral”. Tal pronunciamiento nos inquieta, debido a que como ciudadanos de a pie hemos sido testigos (ya sea de manera directa o a través de videos, fotografías y demás documentos que circulan por las redes sociales) de incontables actos contrarios a la ley, tales como coacción y compra del voto, rebase insultante del tope en los gastos de campaña del candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, y otra serie de prácticas indebidas en las que principalmente ha estado involucrado el partido político del referido aspirante a la primera magistratura de la nación, sin que todo eso haya merecido la censura o una mínima amonestación por parte del consejero presidente del IFE.
Por su parte, el magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Alejandro Luna Ramos, con su declaración respecto de que “no se ganará en la mesa lo que no se ganó en las urnas”, no sólo nos inquieta, sino que nos insulta al querer presentar al proceso electoral como un ejemplo impoluto de democracia, cuando a todas vistas y luces no lo ha sido. En este sentido, consideramos que por su alta investidura y por la posición que ocupa, él debiera ser el primero en garantizar no sólo la imparcialidad para los contendientes, sino la aplicación irrestricta de la ley; sin embargo, con buena voluntad preferimos interpretar su dicho como que no se dejará pasar ni se solapará irregularidad alguna que se haya cometido en contra de la voluntad ciudadana.
Con base en los anteriores señalamientos, hacemos un llamado a las máximas autoridades electorales del país, para que actúen con toda claridad, transparencia y justicia en todo lo relacionado con los vicios, irregularidades y delitos en que hayan podido incurrir todos y cada uno de los actores y partidos políticos, a fin de que se preserve el principio del sufragio efectivo, para lo cual es indispensable limpiar el proceso electoral de cualquier mancha que lo empañe o lo deje en entredicho, toda vez que estamos ciertos de que sólo de ese modo el próximo presidente de la República gozará de legitimidad, aspecto que todo jurista sabe que es indispensable para ejercer un cargo de representación popular, pues sin ella estaremos de nuevo ante una sociedad escindida, en la que será doblemente difícil avanzar en los consensos que le permitan a la nación superar sus carencias y encaminarse a una ruta de verdadero progreso.
De este modo reafirmamos nuestra convicción de que México debe ser un país de leyes, y que todos estamos obligados a respetarlas. Sin embargo, para que ello sea efectivo, debe impartirse justicia sin cálculos políticos en todo lo referente al proceso electoral, pues en caso de incurrir en omisión, deberán asumir su responsabilidad, y no derivarla en otros, por los posibles brotes de inconformidad por parte de grupos que, estamos ciertos, en esta ocasión no le será posible contener al candidato Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Movimiento Progresista (integrada por el PRD, PT y MC).
Autoridades electorales de los Estados Unidos Mexicanos, les señalamos una vez más que deseamos una nación en paz y armonía; que ello no depende de quién resulte ganador, sino de que se garantice el derecho de los ciudadanos a votar en absoluta libertad, sin coacción, coerción o abusando del hambre de la gente; por ello les exigimos que no le den pretextos a quienes desde ya descartan la vía electoral como única forma para acceder al poder; para contrarrestarlos, México requiere consolidar una auténtica democracia.
México, julio de 2012.
Aquí el documento firmado por 179 personas (recibido por el IFE y TRIFE) en la cual me incluyo y firmo como Presidente del Grupo de Usuarios de Linux de México (Linux MX A.C.):
Saludos… Fernando “El Pop” Romo, twitter @El_Pop
Puede que no conozca yo mucho de leyes, pero hay cosas pendejamente evidentes que por estar pegados a la pantalla de la compu no tomamos en cuenta.
El gobierno mexicano funciona a la antigüita y la única firma que cuenta es la firma autógrafa. Tanto pinche esfuerzo de estar recopilando firmas para echarlo a la basura porque esas siete páginas carentes de la tinta azul de los supuestamente firmantes carecen completamente de valor ante los ojos de las dos personas a quienes va dirigida.
Si hemos estado observando lo quisquillosos que se están poniendo estos pendejos con la forma (importándoles un puto carajo el fondo), lo único que logramos con estos intentos “a medias” es darles los pretextos que necesitan para aprovechar esa cuadradez legal para seguir pasándose por debajo de los huevos los reclamos ciudadanos.
La iniciativa es muy buena pero está muy pendejamente ejecutada. Para la próxima les recomiendo que compren un paquete de plumas Bic de color azul y que se tomen la molestia de firmar el documento con su propia mano (así como se acostumbraba el siglo pasado). Es la única manera. Hagan las cosas bien.
O, ya si fuera mucha la pinche aferradez a los formatos electrónicos, utilicen (cada uno de los supuestamente firmantes) la FEA que les firmó el SAT para firmar el documento original en PDF, entreguen toda la documentación (junto con las firmas) en formato electrónico y exijan un acuse de recibo también en formato electrónico. (Una hoja de papel con las firmas electrónicas impresas y el mismo sello de tinta morada también cuenta como acuse de recibo electrónico).
Pónganse las pinches pilas. No la caguen.
Totalmente de acuerdo KBrown. Saludos!